martes, 16 de diciembre de 2014

1º de Medicina

Bueno, como ahora estoy de exámenes y se supone que debería estar estudiando a tope y no pasar demasiado tiempo delante del ordenador, que es precisamente lo que no-estoy-haciendo-en-este-momento, voy a comenzar con unos post sobre los primeros años de carrera.

1º de Medicina:
 Primero, cómo no, fue todo novedad, alegría, amor y creerte que ya eras algo por haber entrado. 
Durante todo el curso tuve que "pellizcarme" mentalmente porque todavía me parecía un sueño, no parecía real, no podía ser tan fácil, no podía tener por compañeros a gente tan maja, especial y tan parecida a mí. Pero era verdad, ahí estábamos, empezando una carrera y pensando que 6º quedaba muy lejano...
Es curioso el efecto rebote que tiene entrar en Medicina. Como ya he mencionado, nada más empezar, con las primeras semanas de clase, todo te suena genial, eres una esponja y todo se te queda en la cabeza. Empiezas con los huesos, los músculos, las proteínas, las enfermedades metabólicas asociadas a problemas bioquímicos... Y te pasa algo parecido a lo que voy a narrar ahora, que hace que se te baje la poca superioridad que te has podido crear en tu inocente cabeza, pensando que porque has sacado un 12,6 en selectividad eres más que uno que ha sacado un 11,5 y no le ha dado para hacer Medicina:
  • Segundo viernes del curso. Era un septiembre de los de antes, en los que llovía y no hacía 30ºC. Un compañero de clase me acompañó a la boca del metro a buscar a mi novio, porque habíamos quedado para ir a comer después de las clases. Mientras esperábamos charlando tranquilamente, una mujer se acercó a nosotros sujetándose la mano. Se dirigió a nosotros y nos pidió ayuda. Es entonces cuando presté más atención a la mano de la señora. Estaba bañada por completo de sangre. Incluso caían gotas al suelo. Se veían los tendones de los músculos que estábamos estudiando esos días en las clases de Anatomía. El paraguas se le había abierto de una manera tan brusca que le había hecho ese corte tan llamativo en el dorso de la mano. Estaba preocupada porque llegaba tarde a trabajar, y empezó a marearse por la sangre.
  • Entonces, para tranquilizarla, pensé en decir de decir: No se preocupe, señora, somos estudiantes de Medicina. Sin embargo, esa frase, un poco americanada, murió en mi garganta. ¿Qué somos estudiantes de Medicina?Sí pero,¡ sólo llevamos aquí dos putas semanas!¿Qué coño vas a hacer tu, chata?¿Cómo leches piensas solucionar este problema? Así que recapacité y llamamos al 112 y ellos nos dijeron más o menos que hacer: Poner el brazo en alto y envolverlo para regalo con una toalla o algo similiar. 
  • ¡Claro, qué fácil! Si me lo dices sí que lo sé hacer...Pero tomar tú la iniciativa en ese momento... No te enseñan el primer día cómo parar una hemorragia...
Así que esa fue la primera cura de humildad. Te piensas que por entrar en  Medicina eres alguien, pero cuando realmente te enfrentas a cosas así, comprendes que no tienes ni puta idea de lo que se supone que te van a exigir dentro de 6 años. A esto, se le añade otro fenómeno curioso, y es que todos los familiares y amigos a tu alrededor, piensan que nada más entrar en la facultad te dan un cursillo rápido, o todas las soluciones y respuestas a las preguntas más disparatadas que se les pueda ocurrir, porque claro, Paqui, tú que estás en Medicina, mírame/me pica/no sé qué me pasa/ me puedo tomar/cuando hago así me duele... hasta más infinito. Y esa gente de verdad confía en ti, no creo que te pregunten para ponerte en un aprieto, o por lo menos la mayoría de las veces. En ese momento, y sólo en ese momento, cuando te enfrentas a los interrogatorios de tus familiares y te das de bruces con alguna urgencia sanitaria, es cuando piensas que por qué la carrera no dura más ;)

¡Qué no cunda el pánico! Se supone que en 6 años da tiempo, ¿no?. Yo suelo pensar que si el resto de la gente sale de la carrera y no hay grandes epidemias de muerte en los hospitales, será porque lo hacen bien.

Primero fue un curso bonito. Yo no esperaba que fuese así. También fue más fácil de lo que pensaba, tuve vida social, y no estuve encerrada todo el día. Desde la biblioteca da mucho el sol. Lo importante es ir a una universidad que no te quite las ganas de vivir en este curso. Creo que es la clave. Todos entramos con muchas ganas, ilusión y muuuucha energía. Pero si los profesores te machacan, te hacen la vida posible y el entorno con tus compañeros es súper competitivo, te perderás lo bonito del primer curso de carrera y quizás te hace abandonar, o peor, seguir en la carrera sin ilusión.



4 comentarios:

  1. Hola :)
    Soy Iratxe, del blog "Diario de una estudiante de Medicina".

    Ambas estamos en Tercero, y seguro que podemos compartir mucho xD
    Por empezar por algo, mi primero: coincido con los aires de grandeza totalmente. Sin embargo, para mí el batacazo de competitividad ha venido este año; primero y segundo fui una florecilla inocente y feliz :P

    Nos leemos pronto :)

    Un abrazo

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  2. Hola :)
    Muchas gracias por pasarte y comentar.
    Espero que esto sirva para ponernos en contacto y comentar las cosas que nos vayan sucediendo a lo largo de la carrera. Mil gracias, y animo con los exámenes!
    Nos leemos ;)
    Un beso.

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  3. Hola:

    Sé que no es el post más reciente... pero comento aquí y ahora porque soy de primero y el asunto me ha llegado al alma je.

    Gran verdad, sobre todo, la sensación de autoestima desbordada (y el ego...)

    Espero que allá por tercero se siga manteniendo, que hace todo más fácil!

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  4. Hola!
    Gracias por comentar. Uno de los objetivos de este blog es ayudar a los que vienen detrás.
    Las ganas y la ilusión todavía siguen vivas, y se alimentan a cada año que pasa porque ves cosas nuevas.
    Mucho ánimo con primero y disfruta ;)

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