viernes, 24 de julio de 2015

Experiencias en Urgencias I: Cuando vivir no es suficiente.


Una mañana cualquiera, durante mi rotación en Urgencias, conocí a una persona que no quería seguir viviendo.

Estaba en la observación, ocupada en ser la sombra de mi tutora, cuando llegó él. De la ambulancia a la observación. Sin preámbulos. Sin espera. Sin anestesia.

Era un hombre de cincuenta y muchos, con cáncer digestivo terminal, por el que, tras muchos intentos y terapias de todo tipo, ya no se podía hacer nada. Estaba condenado a morir en poco tiempo. No sabía ni cuándo ni cómo, ni dónde, pero lo tenía asumido.

El señor venía por disnea. No podía respirar  y estaba muy nervioso y angustiado. Le pusieron oxígeno. Saturaba bien, pero cada vez que le veíamos decía que se ahogaba. Cada prueba, le daba más papeletas para un TEP (tromboembolismo pulmonar): el ECG, la analítica, la clínica, su situación oncológica... Se pidió una angio-TC.

Pasaban y pasaban los minutos. La espera ya era de horas, y no había rastro de la angio-TC.
Me acercaba de vez en cuando a ver como estaba el señor, para preguntarle por una u otra cosa según necesitara mi tutora. Seguía sin respirar bien, con la angustia pintada en el rostro. Le cogí la mano, para intentar tranquilizarle y le pregunté por su familia, por sus hijos. Me empezó a contar que hacía cada uno con su vida, y se relajó un poco. Pero el muy listo vio por dónde iban mis intenciones. Me agarró la mano, desesperado, y entre sollozos me suplicó que parásemos. Que no aguantaba más, que era insoportable, y que se quería morir ya. Lo tenía asumido y su familia también. Quería que le diésemos algo para que se durmiera y se muriera sin el dolor y la angustia que estaba sufriendo.

Yo no sabía dónde meterme. ¿Qué se dice en esas situaciones? Está claro que no se le puede dar nada. Y menos cuando todavía no está  terminal, terminal, porque su problema tenía solución, pero todavía no se había realizado la prueba que confirmara el TEP, aunque las adjuntas decían que estaba muy claro el diagnóstico.
Me quedé ahí. Sin decir nada. Agarrada por su mano. Yo buscaba sus ojos, intentando trasmitir que le entendía. Él huía de mi mirada, porque quizás lo único que encontraba en ella era compasión y no comprensión.
Pasamos los minutos en un silencio incómodo. Yo me sentía impotente, y él, supongo que abandonado. Sin el control de su propia vida.

Llegó su familia, y se puso más nervioso. Les echó de la observación porque no quería que le vieran así. Mi tutora le pautó una bomba de morfina, para que estuviese más tranquilo. Se canceló la angio-TC y (creo) que le administraron anticoagulantes y fibrinolíticos para disolver el trombo. Si pasaba de esa noche, ya habría tiempo para la prueba mañana.

Le ingresaron y le subieron a planta. No supe más de él.
Solo que quería morir y no le dejaban.

11 comentarios:

  1. Tremenda historia...
    Como soy resi de hemato y en mi hospi están fusionados con oncología, el otro día "decidieron" que viera a todos los oncológicos que llegaban a puertas. Algunos estaban bien... solo que tenían fiebre en un proceso oncológico y eso solo es casi motivo para pasar a observación (previo paso por puertas y llamar a oncología para que bajen)
    Lo cierto es que llegó una chica joven... de 40 y pocos años, con su madre. Y mientras le hacía la anamnesis y le preguntaba que en qué recaída estaba de su cáncer de ovario... Cuando dijo que era la cuarta, se puso a llorar. Y yo ahí ya no supe bien qué hacer. Ella no pidió parar. Pero se ve al límite... Creo que ya le han ido diciendo que ya hay fármacos que no funcionan con ella. Pero su madre le decía que tenía que curarse... que ya era lo único que le quedaba. Y pensaba que menudo shock... qué difícil tiene que ser morirse (en algún momento sabrá que va a hacerlo... porque el pronóstico es malo) sabiendo que dejas a alguien a quien le haces falta.

    Observación de urgencias quizás no es el mejor lugar para tomar decisiones fuertes... Pero en general, creo que se respeta poquito que haya alguien que simplemente no quiera seguir adelante con tanta "putadilla"... porque al final es remediar algo que a medio plazo es irremediable. Que prolongas el sufrimiento. Que te entierra en vida. Y hay momentos en los que hay que saber parar... Oncología quizás peca de querer siempre seguir adelante...

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    1. Tienes razón en lo de la toma de decisiones... Pero yo también pienso que quizás es porque no conocen al paciente en sí. No son su oncólogo o su médico de familia que conozca a la persona y cuando hasta dónde llegar..
      Como tampoco esto está "bien visto" y no hay ninguna ley que ampare el hecho de morir con dignidad, los profesionales tienen las manos muy atadas a la hora de afrontar este tipo de situaciones...
      Qué duro el caso que comentas. Yo creo que esas situaciones son mucho peores, porque esa persona tiene mucho por vivir, pero no puede por las circunstancias que le rodean... En fin, muy duro y muy complejo. No creo que haya una única manera correcta de abordar este tipo de casos, ni un patrón que seguir porque cada caso y cada persona es distinta.

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  2. Pff qué historia más dura Marina... desde luego estas son las cosas que no nos enseñan en la carrera, y yo me pregunto cómo aprenderemos a sobrellevarlas...

    Disfruta mucho del veranito! Un besazo!!

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    1. Hola, Elena!
      Muchas gracias por pasarte y comentar. Conozco tu blog y acabo de ver que has vuelto a pasarte por el blog después de tanto tiempo.
      La verdad es que fue duro... y no creo que haya una única manera de aprender a manejar este tipo de situaciones si es que alguna vez se consiguen dominar todas de la manera correcta...
      Un beso y mucho ánimo con el estudio! Espero que lleves un diario MIR y te pases con más frecuencia por aquí para contarnos cómo lo llevas.

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  3. Madre mía, la verdad que has tenido que vivir situaciones tanto emocionantes como muy duras ahí...
    Yo también estoy haciendo prácticas y un día un hombre mayor se pilló el dedo con la puerta y tuvo que ir a que se lo cosieran, y explicando lo que le había pasado se echó a llorar porque su mujer había muerto y estaba sólo en casa y claro, sus hijos ya mayores no podían estar con él en el pueblo porque tenían sus trabajos... Y en esos momentos te sientes impotente porque sabes que puedes estar ahí y escuchar, pero no puedes hacer más. La verdad que es duro, pero a la vez es 'bonito' no quedarse sólo en lo médico en situaciones así.
    Y por lo demás, es genial! A ver si cuentas más cosas porque la verdad que me parecen súper interesantes las prácticas de urgencias. Yo estuve a punto de solicitarlas para el verano pero al final me decanté por otra cosa, aunque es una rotación que queda pendiente y que creo que todos tenemos que hacer.
    Disfruta el verano. Un beso :)

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  4. Hola!!
    Totalmente de acuerdo con lo que dices. Es algo muy duro, pero es "bonito o interesante" vivir ese tipo de cosas. Yo creo que te hacen más humano conocer el dolor de otras personas. Y con este tipo de cosas te das cuenta de que nos quejamos por aburrimiento cuando no nos pasa nada grave en la vida.
    Tengo otras entradas preparadas de otros casos que me llamaron la atención. Las iré publicando en las próximas semanas.
    ¡Disfruta del verano! y gracias por pasarte ;)

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  5. Es muy duro tu caso... y me recuerda mucho a uno que he tenido yo hace poco.
    Fue un señor que primero pasó por un cáncer de próstata... luego le diagnosticaron un microcítico de pulón. Y como se quería morir y no podía, optó por la vía rápida. Un vaso de salfumán y se murió. Eso sí, con gran sufrimiento, a pesar de la morfina...
    No sé cuál es la solución ideal en estos casos, pero creo que alargar inútilmente la vida de alguien haciendo que pase tanto sufrimiento, no es la mejor idea del mundo.

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  6. Qué duro también el caso que comentas.
    Está claro que prolongar el sufrimiento de esta manera no tiene ningún sentido, pero no hay una ley que ampare todo esto. Así que por mucho que se intente, al final, la única vía de escape que tiene una persona en esta situación es hacer alguna locura como la que acabas de comentar.
    Muchas gracias por pasarte y espero que vaya todo bien!
    Un beso.

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  7. Gracias a todos por participar.
    Cada uno a aportado su pequeño granito de arena, compartiendo sus experiencias.
    De esta manera, compartimos casos, situaciones, personas, historias... que no caerán en el olvido.
    Un beso y gracias!

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  8. Que caso más complicado, y mucho más aún reaccionar cuando te contó eso, estando tú sola y con la poca experiencia en tratar con pacientes. Yo tampoco hubiera sabido que hacer. Gracias a Dios pese a ser un hombre joven su familia se ponía en su lugar, porque tiene que ser aún peor cuando la persona no quiere seguir viviendo pero su familia no lo entiende y quieren que sigan luchando. Es muy difícil, supongo que con mucha experiencia tratando pacientes se aprende a reaccionar mejor en este tipo de situaciones. Aunque desgraciadamente no hay ningún libro donde estén escritas las respuestas, cada paciente es un mundo.

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    1. Lo repitió a lo largo de la mañana varias veces. La primera de ellas, estaba yo sola, y luego lo repitió con mi tutora delante. Pero claro ella le decía cosas como "aguante un poco más" y le hablaba muy pausadamente para tranquilizarle. Pero no creo que decirle a este señor "aguante un poco más" le sirva de algo.
      Sí, por lo menos la familia entendía la situación. Estaban dolidos porque él no quería verlos... pero lo comprendían.
      Como bien dices, cada paciente es un mundo.

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