domingo, 25 de octubre de 2015

Rotando por Infecciosas

Hola!

Estas dos ultimas semanas he estado rotando por Infecciosas, que como bien expresó Irene Umpa Lumpa en esta entrada, es una subespecialidad no reconocida de Medicina Interna.

La especialidad
Os remito a la entrada que he enlazado antes, porque ahí está muy bien explicadito :)

¿Qué tipo de especialidad es? Médica, obviusly. La médica de las médicas. Primero hay que hacer Interna, y después, si te llaman las enfermedades infecciosas, profundizar en el tema y hacer todo tipo de cursos, masters y demás. Pero como ya sabéis, no está reconocida oficialmente, así que nadie puede decir que es especialista en esta materia.

¿Cuál es el paciente tipo? Bueno, las enfermedades infecciosas afectan a todos los grupos de edad, pero en mi hospital, al no ser un centro de referencia en esta materia, en general son personas mayores y de mediana edad con infecciones comunitarias o nosocomiales, personas con enfermedades venéreas, VIH y las hepatitis C. Un grupo muy reducido de casos son infecciosas raras, generalmente importadas (como un caso de meningitis por virus Toscana), y la leishmaniasis, dado que en Fuenlabrada hay un brote epidémico desde hace unos años.


Las prácticas
¿Qué hace un estudiante de medicina durante estas prácticas? Básicamente, lo que hacíamos el año pasado en Interna. Pasar planta con el adjunto y después hacer una historia clínica. Con la salvedad de que se aprovecha mucho más. El año pasado estábamos totalmente perdidos y ahora las cosas te suenan. El adjunto te exige más y te hace más preguntas.

El ritmo de la rotación ha sido extenuante tanto física como emocionalmente. Hubo días en los que nos teníamos que ir sin haber hecho la historia ni nada porque ya nos teníamos que ir a clase. Y los casos me han dejado muy tocada. Llevo un par de semanas que la mente no me deja descansar. No paro de pensar en los pacientes, en sus historias... Y lo que antes contaba con una emoción desbordada ahora no me apetece contarlo tantas veces (a mis compañeros, a mis padres, a mi novio...), porque la desgracia parece más real cada vez que lo expreso en voz alta.

Así que me llevo una sensación agridulce de estas prácticas. He hecho más historias, más exploraciones, poco a poco me manejo mejor... pero a cambio de pagar un alto coste emocional por ello.

¿Qué me ha sorprendido? Lo malita que se pone la gente. Me parece que hay que tener mucha entereza (o que te la sude todo) para ser internista. el médico pasa visita, durante 10 min ( a veces ni eso si el paciente no está muy grave), y se va. Claro, tú, como estudiante de medicina, el tiempo que pasas con el paciente o interactuando con él, es todavía menor. ¿Cómo le expresas tu preocupación, tu interés por esa persona si casi no tienes tiempo de hablar con ella? Sabes un montón de cosas de ese paciente porque has leído su historia, pero quizás él no sepa ni tu nombre.  Ya tendremos tiempo de hablar con nuestros pacientes, pero sí no desarrollamos esa habilidad ahora, ¿cuándo?

¿Futura especialidad? Pues no sé, la verdad. Al entrar en la carrera dudaba entre Interna o Familia. Pero no me gustaría que el día de mañana todos mis pacientes fueran así. No me gustaría verlos tan enfermos, tan agudos... Quizás habrá que esperarse a la rotación de 6º en la que estamos en interna un mes entero...Quizás es que no hay especialidad clínica que no vea pacientes agudos.
No quiero pensar, a estas alturas de la película, que no me gusta ver gente enferma, porque ha sido entrar en cuarto y disfrutar de lo lindo (a pesar del horrible horario), pero aquí hay un dilema.

En fin, me haré oftalmóloga y ahogaré mis penas en un yate...


lunes, 12 de octubre de 2015

Consejos para las prácticas clínicas (3º curso)



El otro día fue la presentación de los de tercero, así que ya es oficial y no somos los pequeñines.
Fue emotivo. Justo un año antes eramos nosotros los nuevos, los extraños, los que no tenían ni puta idea de nada, no sabíamos dónde estaba la cafetería, o de si ese mismo día nos harían preguntas o nos darían la bata. O si tendríamos que llevar el fonendo, aunque solo fuera para mojarlo en el café (de ese día vino el nombre de este pequeño blog).

Esos primeros días fueron muy caóticos: ¿dónde está mi adjunto? ¿dónde cambio la bata? ¿cómo se entra en la intranet del hospital? ¿cómo leñes se hace una historia clínica?... 
Aunque me siga perdiendo en el hospital , y siga haciendo historias clínicas con más huecos que el Acueducto de Segovia, me puedo permitir el lujo de daros unos consejillos a aquellos que empezáis ahora las prácticas, que me hubiese encantado que me los dieran a mí ;)


1º. Ubicaos. Tenéis que saber dónde tenéis que estar a las 9.00h. Yo me hice un mapita con las plantas, las aulas donde daban las clases, la cafetería y demás en plan básico. Apuntad también el nombre de vuestro adjunto, para reconocerlo o por si tenéis que llamarlo al busca.

2º. Presentaos. Hola, soy Fulanita, alumna de 3º de Medicina y hoy me toca rotar aquí/con el doctor X. Fundamental. No se les va a quedar vuestro nombre, ni mucho menos, pero es educación. Sobre todo en las quirúrgicas. Les sienta fatal que entres a quirófano sin indentificarte, y como no lo hagas, van a sudar de ti. Quedas avisado.

3º. El miedo y la vergüenza, fuera. Nadie pretende que ya te lo sepas todo. No tengas miedo a preguntar ni a equivocarte al contestar a una pregunta. Estás ahí para aprender. Si tienes dudas, no preguntas para resolverlas, o no lo miras al llegar a casa en los libros... se va a quedar ahí. Y cuantas menos, mejor.

4º. Pide ayuda. Aunque sea a la señora de la limpieza, ella sabe más que tú. A la hora de redactar una historia clínica, seguro que andan cerca estudiantes mayores o residentes. Pregunta. Pero no seas pesado xD. Nadie se va a negar a echarte una mano en un momento puntual ( no te van a redactar ellos la historia clínica, ojo), y si lo hacen, son tan tontos que no se acuerdan de lo mal que lo pasaron ellos en sus primeros días, y no merece la pena que les pidas ayuda.

5º. Perseverancia. El hábito hace al monje. La primera historia clínica será una pena, la segunda estará algo mejor, la tercera se te habrá olvidado preguntar esto o lo otro... y así hasta que te vayas haciendo con ello. Yo llevo sin hacer una exploración o una entrevista a un paciente desde julio, y a mí también se me ha olvidado. Mi primera historia de este año será muy floja, pero me costará menos cogerle el tranquillo porque ya he hecho varias antes.... Ya nos saldrán como churros en sexto o en la residencia, no te preocupes ;)


Espero que los pongáis en práctica y que os resulten útiles.
Aunque os vaya muy mal, siempre se recuerda como una anécdota cuando se lo cuentas a tus compis en la cafe :)

Novedades & Alergología

Hola :)

Pues nada, 1º mes de cuarto finiquitao. Que parpadeas y se te pasa el curso.

Las clases están genial. Parece otra carrera totalmente distinta. Los profesores, en general, son muy muy buenos y todo es súper interesante. Sin embargo, hay que estudiar mucho, y, sinceramente, no doy a basto. No me quiero amargar, pero tampoco relajarme.  Y parece que no, pero los exámenes are coming y mucha práctica, seminarios y casos clínicos, pero hay que ponerse delante de los apuntes a estudiar.

Una cosa que no quería dejar pasar es la sensación de que tercero sobraba. ¿No os ha pasado a vosotros? Quizás haría un segundo un poco más horrible (parece imposible, pero todo en esta vida se puede empeorar) añadiendo Farma, Micro y AP y borrar lo demás. Porque Patología General no ha servido de nada. Solo para hacernos olvidar la Fisio de segundo, porque en clase parten de la base de fisiología y no de la de patología general, y en algunas clases   todas las clases de cardio me pregunto que qué era eso de la precarga, postcarga, y hasta mi nombre... (qué horror de Cardio).

Resultado de imagen de niña con alergiaNo he escrito una entrada aparte de mi rotación por Alergología, porque he ido tres días, así que no da para tanto. ¿Qué por qué? Pues porque no daba más de sí. Nos mandaban al centro de especialidades y nos despachaban a las 11.30h (con lo que tu rotación duraba una hora, más o menos), y tienen un paciente cada media hora (a partir de las 11 cada hora), así que con tres días tuve suficiente. Además, a ellos les daba igual que apareciésemos por allí, así que sin problemas. Cuando aparecíamos, nos trataban bien y nos explicaban todo (súper majos) así que la experiencia fue agradable.  Sin embargo, no había mucha chicha que sacar.
¿Futura especialidad? Pues no. No creo. No me llama la atención.

La siguiente es infecciosas, y nos van a llover palos por todos los lados xD. Entre que venimos de una rotación super light como alergología (mayormente en la cafetería desayunando tan panchas), que no llevo bien el temario de esa asignatura, y que son muy estrictos...¡Socorro, mamá!


sábado, 3 de octubre de 2015

Un millón de porqués



¿Por qué estudiamos medicina? Hay tantas razones como estudiantes. Y aunque la respuesta ante el público sea porque quiero ayudar a la gente, en nuestro interior hay algo más. Algo que no estamos contando. Puede ser un familiar que murió, que está enfermo, o simplemente que nos importan los nuestros y queremos estar ahí. 
También está la codicia, la ambición, o la sensación de querer ser alguien, tener el poder en algún momento de nuestras vidas, creernos importantes, superiores...
Puede que nos hayamos metido aquí obligados, forzados por los complejos de nuestros padres, o al contrario, para cumplir con las altas expectativas que tienen de nosotros.
La cuestión es que estamos aquí y cada uno sabe contestar a esta pregunta. Todos tenemos un porqué.

¿Por qué elegimos tal o cual especialidad? Puede que no la elijamos, sino que nos elija ella a nosotros. Sin embargo, hay que escoger. Llega el día en el que tienes que decidir hacia dónde ir y profundizar tu conocimiento. Y este porqué, en muchas ocasiones, viene influido por el motivo por el que empezamos, y nos lleva hasta el día de la elección de plaza. Nos marca. Médica o quirúrgica, o ni pa' ti ni pa' mi. Laboratorio o pacientes. Mujeres u hombres. Niños o adultos. Ser o no ser. 
Puede que nuestros sueños se cumplan y escojamos lo que nos arde en el corazón. Quizás no tengamos esa suerte y tendremos que plantearnos muchas cosas. O somos de los que nos gustan varias cosas, o sinceramente nos da un poco igual, mientras llevemos dinero a casa.
Habrá gente que se quiera complicar la vida y dedicársela a sus pacientes encerrado en el hospital, y habrá otros que no están dispuestos a pagar ese precio y no quieren llevarse el trabajo a casa.
Puede que seamos unos amargados el resto de nuestra vida por no haber elegido lo que queríamos, o que aquel amor platónico desaparezca y lo que tanto amábamos antaño nos destroce. O que aquella especialidad que nos parecía la más fea de todas, con el tiempo, nos demuestre lo ciegos que estábamos.
Sea lo que fuere, también todo aquel que se especializa tiene una respuesta a este porqué.

¿Por qué viene esta paciente? La primera pregunta de todas. El comienzo de la relación médico-paciente. Nuestro querido motivo de consulta. Con un par de palabras (a veces ni eso), escribimos en la historia clínica el porqué del que tenemos al otro lado de la mesa.
¿Y si no es por eso? Y si esa persona no viene por disnea, ojo rojo, o diarrea? El paciente  acude con un discurso preparado. Todos lo sabemos pues alguna vez hemos sido pacientes. Tenemos preparado una batería de porqués, algunos ciertos y otros falsos (todo el mundo miente), y según lo que nos parezca el médico o cómo nos trate, o la confianza que nos inspire, contaremos nuestros secretos, nuestras dudas y miedos, nuestro verdadero motivo de consulta, nuestro verdadero porqué.

Siempre juzgamos. Tropezamos con la misma piedra una y mil veces. Pensamos que Fulano se ha metido a medicina o ha elegido dermatología por el dinero y la buena vida. Pero quizás no sepamos que el pobre Fulano perdió a su madre por un melanoma que no se diagnosticó a tiempo y no quiere que otra persona tenga que pasar por el mismo infierno que pasó el en su juventud.
O tachamos de madre histérica a Mengana cuando trae a su hijo a Urgencias por un dolor en la rodilla y pide que se le haga una radiografía sin que parezca que venga muy a cuento. No tomamos en serio a Mengana y por con siguiente, ella no nos cuenta que su nerviosismo se debe a que perdió a un hermano por un tumor óseo en la rodilla y que cada vez que su hijo le dice que le duele vuelve a recordarlo e instintivamente se preocupa.

Como dice Fito, puede ser que la respuesta sea no preguntarse por qué...



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