Hola!
Aquí viene. Aquí está.
La esperada. La deseada. La grande. La amada y disfrutada...
Hoy por fin vengo a hablaros de mi paso por... GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA.
La rotación de quinto con mayúsculas.
Tú también te has dado cuenta, ¿no? xD
La especialidad
¿Qué tipo de especialidad es? Es medico-quirúrgica. En realidad, como muchos ya sabéis, son dos especialidades en una. La ginecología se encarga de toda la patología del aparato reproductor femenino, y todos aquellos órganos que lo forman (que son bastantes). Por otro lado, la obstetricia, se encarga de toda la patología del embarazo (tanta, que da para hacer otra especialidad a parte de la ginecología). Como veis, el estudio de la mujer como paciente da para mucho.
A pesar de acotar los pacientes a la mitad de la población, es una especialidad muy, pero que muy amplia. Dentro de la parte de ginecología está la parte médica (infecciones, problemas menstruales, sd ovario poliquístico, sangrados no menstruales, planificación familiar, miomas uterinos, endometriosis, enfermedades endocrinas...patología mamaria...), y la parte quirúrgica (a parte de los posibles abordajes quirúrgicos de las patologías anteriormente mencionadas aquí cobra GRAN PROTAGONISMO la patología tumoral), se subdivide a su vez por órganos (mama, cervix, útero...)
Y de la parte de obstetricia que os voy a contar... A parte del seguimiento del embarazo (ya sea de bajo o alto riesgo) está todo el campo de la reproducción asistida, la consulta de fertilidad...
Demasiado para verlo todo en un año.

Las prácticas
¿Qué hace una estudiante de medicina en un sitio cómo éste? Pues, entre otras cosas, traer niños al mundo :) Creo que es uno de los grandes hitos del estudiante de medicina. Asistir a un parto, es uno de los grandes regalos que ofrece este curso. Pero hicimos muchas cosas más:
Las prácticas duraban 5 semanas y se podían hacer 3 guardias para subir nota. Aunque no eran obligatorias, casi todo el mundo las hacía porque era en éstas dónde más oportunidades tenías para ver partos.
He de decir que, a pesar de ser las prácticas que más me han gustado, la organización de las mismas dejaba mucho que desear. Creo que son las que peor organizadas estaban. Si bien es cierto que veíamos de todo e íbamos de uno en uno rotando y no por parejas (todo un lujo), cada día estabas en un sitio distinto, te tenías que presentar, no sabías la dinámica de la consulta, y al día siguiente estabas en otra distinta.... Creo que se podría aprovechar más si tuviésemos 1 semana seguida de cada cosa (1 semana consulta de gine, 1-2 semanas por las distintas consultas de obstetricia, 1 semana paritorio-quirófano, 1 semana urgencias-planta).
Sin embargo, un día estábamos en urgencias, al siguiente quirófano, al siguiente consulta de eco del 2º trimestre, al siguiente consulta general de gine.... Un caos.
Sin embargo, eso no hizo que no alucinara cada día con las prácticas.
También estuve en las consultas de seguimiento, en las que se ven las analíticas y que todo vaya bien. Y había como una especie de sonar para escuchar el latido fetal... Me temblaban las manos cada vez que me dejaban tocar una tripa...
En las consultas de gine se aprende un montón, aunque son un poco sota, caballo y rey. Pero en todas se hacía una exploración ginecológica completa, y una eco (que podía ser vaginal o abdominal, dependiendo de la patología). Por lo que es una consulta muy agradecida para el estudiante porque se ven muchos procedimientos a la vez (exploración, ecografía, toma de biopsias, excisión de pólipos vaginales, colocación de un DIU...) y ya si te dejan hacerlos....Una pasada ( yo no pude hacer todo lo que os he contado, pero tengo compañeros que sí).
Las urgencias también son muy intensas, y se mezclaban las dos especialidades. Aquí es dónde pude ver abortos, embarazos ectópicos... mucho drama y mucha demanda asistencial. Aquí ves porqué es tan dura de ejercer la especialidad....
En el quirófano por fín pude ver una operación de cáncer de mama (espectacular, es una cirugía preciosa, no os la perdáis si tenéis oportunidad de verla).
Me está quedando una entrada muy desorganizada... pero es que fueron tantas cosas... tantas historias....
Lo mejor de todo fueron las guardias. Es en esta especialidad dónde las películas y las series cobran vida... Dos de las veces que acudí a urgencias a buscar a la residente tuve que salir corriendo detrás de ella porque la llamaban al busca de paritorio.... Así que sí, en gine hay que correr, hay que cambiarse de pijama muy rápido, y hay que estar listo en todo momento para lo peor.... Adrenalina pura y dura, que como estudiante está genial, pero no sé si con 50 años sentará igual de bien....
Me he dejado muchas cosas en el tintero. No me da la entrada para contar todo lo que me gustaría contar...
¿Qué me llevo de esta rotación?
- Las mejores semanas de quinto. De verdad, esas semanas iba en una nube. Dando saltitos por los pasillos hacia la consulta que me tocara ese día....
- La intensidad, la adrenalina que se vive en esta especialidad.
- Los residentes que conocí, que me trataron con cercanía, dejándome hacer un montón de cosas, explicándome todos los casos...
- Todo el carrusel de emociones y sentimientos encontrados.
- Que esta es una especialidad donde la muerte está muy presente y hay que correr mucho para evitarla.
- Que los estudiantes no podemos hacerlo todo. Eran unas prácticas muy íntimas, y a veces, prefería ver a hacer, porque no quería hacer daño a nadie con mi inexperiencia. Siempre habrá una primera vez....pero ha habido momentos en los que no me sentía preparada para realizar determinadas exploraciones.
¿Futura especialidad? ay, gine. Ha sido el fruto de mis desvelos de todo este año. No sé si está delante de digestivo o a la par... Me ha hecho vivir cosas muy intensas pero no sé si valgo para toda esa intensidad... la parte quirúrgica me echa para atrás... y me han comentado que sí no te gusta la cirugía, es mejor no hacer esta especialidad. Pero a mi no me disgusta la cirugía... solo que no creo que se me dé bien.... Pero la obstetricia es tan bonita...
Estoy en una encrucijada.
Y me dejo para el final mi primer parto:
Ese día me tocaba paritorio, ¡por fín!. Pero tuve la mala suerte de que ninguna mujer dilató lo suficiente para entrar en paritorio.... Todas las salas de dilatación llenas, y ninguna de ellas se puso de parto en toda la mañana. Y me dije " yo no me voy de aquí hoy sin ver un parto". Así que me bajé a clase (ya me había saltado una por prolongar un poco más la mañana), comí rápidamente y me quedé de guardia esa tarde ( la cuarta ya que hacía). Pasé toda la tarde con las matronas. No quise ir con las ginecólogas a urgencias, no vaya a ser que tuviera la mala suerte de irme y que se pusieran de parto. Así que tuve la suerte de poder ver cómo trabajan estas profesionales (2º momento del año que pensé que debería haber estudiado enfermería y no medicina).... y finalmente, a las ocho de la noche, por fin, una mujer había dilatado 10 cm. Llevaba medias de compresión porque tenía muchas varices (cada pierna suya era como dos mías... y yo ya tengo bastante jamón). Por suerte no era primípara, y la matrona me dijo que iba a ser rápido. Parto eutócico, sin instrumentos, sin necesidad de que venga un ginecólogo.
Ahí estábamos. Una sala llena de mujeres ayudando a otra a dar a luz a su bebé. Tan simple como eso. Un acto que se lleva repitiendo día tras día desde que el mundo es mundo. Llegó un momento en que todas las máquinas y todos los aparatos sobraban.... Me pareció tan puro, tan arcaico... La matrona sabía cuando venía la contracción porque palpaba la tripa de la parturienta....no por el tocógrafo. Estaban conectadas. La una confiaba en la otra.
Como la bebota era un poco grande (casi macrosómica), hacía falta subir las piernas de la madre con cada contracción, para aumentar el diámetro y que así pudiera salir mejor... Y ese fue mi cometido. Levantarle las piernas y empujar hacia arriba, porque la mujer no podía sujetárselas a si misma (ni le quedaban fuerzas para tirar de ellas hacia arriba...).
Ahí estaba, empujando en cada contracción, cogiendo aire cuando la madre cogía aire... Pensaba para mí misma Marina, deja de hacer el tonto que te vas a marear en medio del paritorio, pero no lo podía evitar y yo cogía aire y empujaba cada vez que la matrona lo ordenaba, aunque no se dirigiera a mí.
Finalmente, la bebota fue saliendo. Primero la cabecita. Un hombro, y después el otro. Con él vino el resto del cuerpo, y la niña ya estaba en los brazos de su madre, encontrándose después de tantos meses de espera.
Y no, no pude evitar llorar. La alegría se desbordaba por mis mejillas... un subidón de adrenalina por todo mi organismo...En ese momento me sentía infinita, imparable, atemporal... Había una personita más con nosotros...
La llamaron Malak, que significa ángel caído del cielo...
Había ayudado a traer a un ángel al mundo.... :)
